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La Silla Roja visita el cole

       El Colegio Inmaculado Corazón de María cuenta con una larga tradición en la enseñanza riojana asentada en los valores fundacionales de una congregación, la de las Escolapias, enfocada a la educación para todos. Un colegio en el que el mensaje de ‘La silla roja’ encontró un rápido acomodo. Además, con la ONGD Entreculturas, las Escolapias ya habían colaborado en anteriores ocasiones, siempre teniendo claro el sentido que les une.

 

       Alumnos desde 5º de Primaria a 2º de la ESO escucharon la charla de Javier Romero con atención y comprendiendo la problemática de los 57 millones de niños y niñas de todo el mundo que no tienen escuela. Anteriormente, ‘La silla roja’ pasó por todas las clases, siendo presentada en las tutorías. «De momento está en la portería para que también la vean los padres, después la guardaremos en un sitio visible como el salón de actos», explica Amelia Ramírez, directora del Colegio Inmaculado Corazón de María.

       La cuestión del derecho a la educación es una constante en Escolapias, interiorizada desde sus inicios por Paula Montal, su fundadora, y José de Calasanz, como explica su directora: «Es un tema recurrente para nosotros, intentamos concienciar a los alumnos sobre la importancia de que todos los niños del mundo puedan asistir a la escuela y por eso la de ‘La Silla roja’ es una iniciativa estupenda para apoyarlo».

       Además, el colegio colabora durante todo el año en cuatro grandes campañas sobre diversas problemáticas, con el Domund apoyando las misiones, en la Campaña el hambre de Manos Unidas, aportando a nivel local con el Banco de Alimentos y en la campaña Amigos del Mundo, coincidiendo con las fiestas del colegio. Además, en torno a las de San José de Calasanz, de próxima celebración, se tratan temas relacionados con la educación. Iniciativas que se suman a los mensajes del día a día que intentan concienciar a los alumnos con otras realidades e incluso con algunas que viven en el día a día. «Aquí ya tenemos problemas duros y difíciles que tocan de cerca a los alumnos y de los que son conscientes», explica Amelia Ramírez.

       El colegio de Escolapias es uno de los más veteranos de Logroño, pero su carácter, siempre atento a la educación de sus niños y jóvenes, le hace evolucionar, «crecemos con el trabajo en equipo y adaptándonos a los cambios y a las necesidades de los alumnos», comenta su directora, que se muestra además orgullosa de la gran familia que a lo largo del tiempo han conseguido formar en torno al colegio: «Para nosotros es una alegría que muchos antiguos alumnos regresen al centro para traer a sus hijos muchos años después de haber pasado por estas aulas y rememoren el tiempo que pasaron aquí».

       El trabajo tiene sus frutos y deja huella, enfocando la educación como un proceso integral y en la que los valores solidarios son parte fundamental de la evolución del alumno. ‘La silla roja’ llegó para ser una protagonista más de un colegio en el que la educación universal constituye uno de los mensajes más repetidos, como un incentivo más para seguir trabajándolo.