GRACIAS MADRE CELINA
«Me corresponde decir unas palabras en nombre de esta Comunidad Educativa, sin embargo, no puedo evitar el aluvión de recuerdos que como exalumna vienen a mí porque lo que hemos aprendido forma parte de nosotros
“Recordar es volver”; Por eso quiero recordar algunas vivencias que los que trabajamos aquí hemos compartido con Celina.
¡Es tanto lo que transmitía como compañera que resulta difícil sintetizarlo!
En primer lugar, su cercanía. La proximidad de su trato hacía sentir que ya desde el principio se forma parte de la familia escolapia.
En segundo lugar, y sobre todo, su generosidad en el amplio sentido de la palabra.
Hemos compartido claustros en los que, como ahora, teníamos muy claro que nuestros alumnos son algo más que un nombre en un listado y que junto a ellos están sus familias, la gran preocupación de Sta. Paula.
Por los pasillos del colegio paseaba cierta ingenuidad, a veces deliberadamente infantil, reflejada en tu sonrisa, mitigada en ocasiones por alguna aceleración que también forma parte de ti; siempre has sido una mujer de carácter.
No necesitábamos leer el periódico, ni internet, ¿para qué queríamos facebook si tú nos informabas de todo y de todos? Y ¡con qué alegría compartías con nosotros la satisfacción de ver a exalumnos ocupando cargos de relevancia! Eras capaz de hacer un poco nuestros sus merecidos triunfos. Y esa alegría era especial cuando, circunstancia que se da en varios de los que estamos aquí, habiendo sido alumnos, empezábamos a trabajar en el colegio.
Nos has anunciado y relatado bodas de exalumnas en el colegio, el nacimiento de sus hijos…
¡Ah! ¡Y las nuestras! ¡ Cómo te gusta que te hablemos de nuestras parejas! Y ¡Con qué cariño te acercas a nuestros hijos!
Te hemos escuchado contar entusiasmada que te habían regalado una camisa, es decir, una muda de piel de la serpiente.
Te hemos visto entrar en la sala de profesores con un pajarito en la mano y nos has dado una lección de Ciencias, pero también una lección de amor y volvías a despertar en nosotros el interés por transmitir a nuestros alumnos ese amor por la naturaleza y, claro está, por Dios, su creador.
Nos has dado mucho; has dejado en nosotros una gran huella; por eso , donde estés, un pedacito de nuestro corazón estará siempre contigo.
Celina, trabajar contigo ha sido un privilegio, ha sido un honor y ha sido un enorme placer.»
JULIA VELASCO en nombre de tus compañeros del cole.