LOS MIEDOS

 

El que ha superado sus miedos será verdaderamente libre– Aristóteles.

 

El miedo es una de las emociones básicas. Tanto en los niños como en los adultos, es una alarma provocada por la percepción de un peligro, real o supuesto, presente, futuro e incluso pasado, en definitiva, es la emoción desagradable que se produce cuando percibimos un peligro o un daño – físico o psicológico- que representa una amenaza para nuestro bienestar. Si un bebé siente un ruido fuerte, el temor le lleva a llorar para reclamar protección. Por tanto, el miedo, tiene una función adaptativa. Es normal que los niños sientan miedos y que estos cambien con la edad. La tendencia natural será que vayan desapareciendo progresivamente.

Existen diferentes tipos de miedos infantiles. A medida que el niño crece y cambia, sus miedos también cambian. Algunos miedos comunes son: temor a lo desconocido, a situaciones nuevas a las que nunca se ha enfrentado, a la oscuridad…

 

¿QUÉ PODEMOS HACER?

Es muy importante conocer el mundo emocional del niño para poderle ayudar a expresar lo que siente de una forma adecuada. Es fundamental tomar en serio a los niños. Para ellos puede ser muy angustioso. Es necesario que el niño sepa que tiene derecho a sentir temor. No ayudan comentarios como «venga, no llores, que no pasa nada», ni intentar convencerle de forma racional. Se puede decir al niño que no va a pasar nada, pero es aconsejable, mientras se da la explicación, consolarle de alguna forma, con abrazos, besos, caricias, etc. No es recomendable forzar al niño a que se enfrente al miedo de forma directa con la esperanza de que lo supere de manera inmediata, por ejemplo, si un niño teme la oscuridad, obligarle a dormir de golpe con la luz apagada aumentará su ansiedad, casi con toda probabilidad. Es preferible hacerlo de forma progresiva. Los cuidadores, además, deben reaccionar con la máxima tranquilidad posible. Los pequeños son muy sensibles a las reacciones emocionales de las personas importantes para ellos y pueden contagiarse de su miedo. Ante temores muy frecuentes e intensos que afecten al rendimiento escolar o a la vida social del niño, es aconsejable acudir al experto. Algunas pautas para ayudar al niño a expresar y superar el miedo, son las siguientes:

  • Hablar con libertad sobre las cosas que le dan miedo.
  • Ponerle gradualmente en contacto con lo que le da miedo.
  • Explicarle y demostrarle que el objeto o la situación temida no son peligrosos.
  • Representar con marionetas o hacer lecturas de cuentos sobre situaciones temidas.
  • Conocer con el mayor detalle el objeto o situación que le provoca miedo.
  • Enseñarle a relajarse ante situaciones que le provocan miedo.
  • Pedirle que dibuje sus miedos.
  • Anticiparle situaciones de cambio para que no le causen tanto impacto.
  • Hacerle comprender que también los adultos sienten miedo.
  • Enseñarle que tener miedo no es igual a ser cobarde.
  • No mimar al niño en situaciones en las que sepamos que tiene miedo. Cuando los adultos prestan demasiada atención al niño ante un miedo, puede ser que repita la situación, aunque sólo sea por captar su atención.
  • Si los adultos quitan importancia a la situación, en muchas ocasiones ese miedo desaparecerá.
  • No obliguemos al niño a enfrentarse a su miedo directamente, el mejor modo de superar el problema es hacerlo gradualmente, consiguiendo pequeños acercamientos a la situación y reforzando los logros del niño. Es bueno también acompañarle en situaciones ofreciendo un modelo directo, no verbal, es decir, ir con él, pero no repetir continuamente eso de “¿ves? no pasa nada”.
  • Sería recomendable también, ante situaciones que ya sabemos que dan miedo al niño, entretenerle con algún juguete o cosa, para que centre su atención en otra actividad distinta a la que produce la tensión.
  •      Vivir la situación del niño con tranquilidad, sin mostrar (al menos delante de él) preocupación o angustia. Recordemos que los comportamientos que el niño observa de los padres son los patrones que interioriza. Padres excesivamente preocupados pueden ser un mal modelo y aumentar la tensión.

  • Hay que avanzar paulatinamente. No dar importancia a los retrocesos y celebrar los pequeños pasos. La solución a los miedos no es evitarlos sino enfrentarnos a ellos. Sin embargo, en el caso de los niños, debemos hacerlo con calma y con mucho sentido común. Utilice el juego y la imaginación.
  • No reírse nunca de él o ridiculizarle por expresar miedo. Evitar siempre ridiculizar al niño por sus miedos, en especial, delante de sus compañeros. No reírse de él, no castigar ni sermonear. La atención debe estar dirigida a las posibles soluciones no a las consecuencias o castigos.
  • No asustarle para conseguir que obedezca. Procurar que las personas de su entorno no lancen mensajes amenazadores (si no comes llamaré a…; si no te portas bien se lo diré a…). No se trata de aislar o sobreproteger al niño.
  • Hasta cierto punto el niño debe ir integrando las diferentes emociones y el miedo forma parte natural de nuestra vida desde el inicio. No obstante, siempre será de gran ayuda que estas emociones estén reguladas por el consejo y el acompañamiento de los padres.

 

LIBROS Y VÍDEO PARA TRATAR LOS MIEDOS:

 √ Miedo a los animales: “¿De qué tienes miedo?”, “Un problema con patas”.

 √ Miedo a la oscuridad: “Scric scrac bibib blub”, “Encender la noche”, “¿Dónde está la oscuridad?”, “Buenas noches monstruos”.

 √ Miedo a monstruos y seres imaginarios: “Los miedos del capitán cacurcias”, “Yo matare monstruos por ti”, “Hay un cocodrilo debajo de mi cama”.

 √ Pesadillas: “Nana Bunilda come pesadillas”.

 √ Otros miedos: “El libro valiente”, “Donde viven los monstruos”, “El monstruo de colores”.

  » CORTO PIXAR: PIPER (2016) https://www.youtube.com/watch?v=A-uzJB9Bc9U

     

    Isabel Robredo Solanas

    Orientadora Ed. Infantil y Primaria y profesora