Convivencia Positiva

El ser humano es un ser social por naturaleza y como tal, necesita vivir en comunidad, relacionarse con otras personas… y es aquí cuando, inevitablemente, surgen conflictos. Nuestra preocupación y atención deben dirigirse a buscar el por qué de esos conflictos y sobre todo a gestionarlos, dotando de estrategias a los más pequeños para que puedan ponerlas en práctica en su vida y desarrollarse así de forma plena.
El ambiente es clave. Los niños deben tener un entorno donde se sientan seguros, donde puedan equivocarse y aprender. El primer núcleo es la familia. Es el más importante. Cuando un niño en su entorno familiar recibe modelos de convivencia positivos tiene muchas probabilidades de promover una convivencia agradable allá donde vaya. Y esto es porque los niños suelen reproducir las conductas que ven, sus principales modelos son sus padres. Cuando van ampliando esos entornos encuentran otros modelos como profesores, iguales, medios de comunicación: personajes televisión, juegos… Este es un aspecto que debemos tener en cuenta.
¿Cuántas horas pasan nuestros alumnos en el centro escolar? Entre 6 y 8 horas más actividades extraescolares 1 o 2 horas más. Por lo que nos situaríamos en un máximo de 10 horas en el peor de los casos. Nos queda un tiempo muy reducido de estar en familia. Por ello ese tiempo, debe ser tiempo de calidad, es decir, un tiempo para el disfrute juntos, jugando, realizando actividades en familia tales como lectura, hablar de cómo ha ido el día, planear el fin de semana, realizar tareas de la casa juntos (poner la mesa, cocinar, recoger, etc.).
Además, los niños suelen tener inquietudes por las cosas de los adultos, ya sean películas, series o videojuegos. Sólo los padres conocen perfectamente a sus hijos y pueden valorar hasta qué punto pueden avanzarle ciertos contenidos. A este respecto es muy importante que no salten etapas; pero hoy día son muchos los alumnos de 2º a 6º EPO que ya han jugado a juegos clasificados para mayores de 12 e incluso de 18 años. Juegos tan populares como el Fortnite (para mayores de 12 años) o el GTA -Grand Theft Auto- (para mayores de 18 años). Los modelos que aprenden aquí se deben evitar a toda costa. La vida real no consiste en eliminar a tus enemigos, ni traficar con droga, ser un mafioso temido o un largo etcétera de antivalores. Si existe una clasificación para juegos y películas es precisamente porque los niños a ciertas edades no están preparados para distinguir la realidad de la ficción. ¿Qué modelos de conducta les estamos ofreciendo a los niños?

Por tanto, debemos cuidar mucho lo que ven, a lo que juegan, a qué dedican su tiempo y establecer modelos positivos, intentando que sus relaciones en tiempo libre sean en familia o con niños de su edad y cuidar que sus conductas sean las adecuadas, corrigiendo cuando haga falta. Sólo así, conseguiremos que tengan relaciones sanas y positivas.