Equilibrio y aprendizaje

La importancia del sistema vestibular en el desarrollo y el aprendizaje.
Cuando un bebé llora o está inquieto, para calmarlo, instintivamente, lo mecemos (de un lado a otro), lo balanceamos (de delante a atrás), lo sacudimos (de arriba abajo). Esto funciona, porque esos movimientos estimulan su sistema vestibular, situado en el oído interno, responsable del equilibrio emocional y del futuro equilibrio físico del niño. Hoy día también sabemos, que esos movimientos están preparando la base para el éxito en las actividades lectoras, matemáticas, capacidades del lenguaje, atención, autoconfianza, seguridad y equilibrio interior.

En los niños, un requisito fundamental para ser capaces de estar quietos y de escuchar atentamente, es tener maduro su sistema vestibular. Sabemos que ha conseguido esta madurez cuando es capaz de

 controlar su cuerpo en equilibrio. Por ejemplo, si es capaz de estar a la pata coja durante varios segundos y a la vez hablar. Esto es el inicio de todo proceso de aprendizaje.

¿Y cómo podemos conseguir un buen desarrollo del sistema vestibular?

Hay que tener en cuenta que el niño no adquiere este control y equilibrio siendo forzado prematuramente a estarse horas sentado quieto. El control se adquiere a través del movimiento, sobre todo a través de los movimientos de giro, columpio, balanceo, salto y equilibrio, que ayudan a los niños a madurar su sentido 

vestibular.  No debería sorprendernos el aumento cada vez mayor de niños inquietos y con falta de atención en una sociedad cada vez más sedentaria.

A continuación, proponemos una serie de actividades para desarrollar el sistema vestibular de los niños:

  • Mecer, acunar.
  • Saltar, brincar, deslizarse, balancearse.
  • Correr y detenerse.
  • Columpios, tobogán y subibaja.
  • Bailes donde se incita a girar con el cuerpo.
  • Jugar a hacer cosquillas.
  • Montar en juguetes que hay que empujar con los pies en el suelo o con pedales.
  • Juguetes para balancearse y montarse en ellos, como un caballito, por ejemplo.
  • Zancos, combas

  • Actividades de trepar.
  • Bicicletas, monopatín, patines.
  • Juegos en el suelo con cajas, trenes, muñecas o peonzas.
  • Juegos de construcción con maderas, piedras, ramas, donde hace falta equilibrio. (No valen los legos porque encajan.)
  • Actividades de modelado y amasado con plastilina, pan, arena, arcilla…

Trabajando estos aspectos, podremos conseguir un buen desarrollo del sistema vestibular, el cual favorecerá el aprendizaje del lenguaje y la escritura, el procesamiento auditivo y la capacidad de atención y un equilibrio emocional adecuado.